
El Alcázar Real de Córdoba, asienta sobre las antiguas estructuras de época andalusí, esta estructura de carácter palaciego-militar. Se encuentra en un lugar estratégicamente favorable para la defensa de la principal entrada de la ciudad de Córdoba, La Puerta del Puente y, cómo no, el Puente Romano, esta colosal estructura, sin la cual no se puede explicar la historia de nuestra ciudad.
Pero volvamos al Alcázar. Si nos colocamos en la fachada Norte, la construcción presenta tres torres, siendo éstas de izquierda a derecha: la primera y más imponente de todas es la denominada Torre del Homenaje, con un planta octogonal, en ella se colocaban los pendones reales en caso de estancia regia en la fortificación. En el interior de ella se encuentra una sala, de planta también poligonal, donde, según cuenta la tradición, Isabel I de Castilla y su marido Fernando II de Aragón, recibieron al navegante genovés Cristóbal Colón.
Si continuamos hacia la derecha nos encontramos con la Torre de los Leones. De planta cuadrangular, es actualmente la puerta de acceso al monumento. Se le conoce por ese nombre, pues en una de sus esquinas cuenta con una gárgola que recuerda a un León. En su interior, más concretamente en la segunda planta, encontramos la capilla de San Eustaquio, patrón de los cazadores. Esta fue mandada hacer, según cuenta la tradición, por los Reyes Católicos durante su estancia en Córdoba y será en esa torre donde nazca la Infanta María de Aragón (29 de junio de 1482), futura reina de Portugal.
Las otras dos torres se encuentran en el lienzo sur. De izquierda a derecha, la primera es la Torre de la Inquisición. De planta circular esta torre, tal como la vemos en la actualidad, fue construida durante el reinado de Enrique IV de Castilla (r.1454-1474), medio hermano de Isabel I de Castilla. Su parte superior llegó muy deteriorada al siglo XX por ello hubo que reconstruirla. Debe su nombre a que allí se conservaban los archivos del Santo Oficio, institución que fue propietaria de la construcción desde el año 1492 hasta el 1820, cuando el Rey Fernando VII la abolió.
La última torre que nos queda en este viaje alrededor del Alcázar es la torre de la Paloma, también conocida como torre de la Vela, destruida a mediados del S.XIX, debido a su estado ruinoso. A mediados del S. XX, coincidiendo con la reforma general del Alcázar, se hizo una reconstrucción, sin criterios arqueológicos, sobre los restos de la antigua torre. Esta es, de las cuatro torres, de la que disponemos de menor información. Estaba cerca de la Puerta Sur de Alcázar denominada la Puerta Barroca, actualmente en restauración (2022).